A la hora de pensar en que voy a hacer de comer o cenar, el invierno me resulta mucho más sencillo ya que los platos de cuchara parece que desaparecen en verano. Incluso para ayudarme a mi misma, he puesto una nueva etiqueta: verano. Solo es orientativa pues la mayoría de las recetas son de todo tiempo, solo es necesario tener ingredientes y que nos apetezca. Yo diría que está bien tomar platos fríos pero compuestos de cualquier ingrediente. Lo que realmente debe diferenciar las recetas de verano es la cantidad de grasa y las costumbres no siempre lo cumplen. Realmente lo que nos produce sopor y calor son las digestiones pesadas como las de fritos que nos parecen muy de verano.
Tengo que decir que las carnes o pescados en salsa de cualquier tipo me parecen unos platos siempre apetecibles con la ventaja de poderlos cocinar con mucha antelación y aunque lleguemos tarde a casa, la comida estará lista en pocos minutos. Y si los acompañamos de arroz o pasta constituyen una comida completa y que satisface. Costumbre muy útil y cómoda en todo tiempo.
Cualquier legumbre cocida acompañada de una vinagreta se convierte en una ensalada de legumbre ( me apunto escribir una receta, a veces se me pasan ideas), igual que a las lechugas podemos añadir cualquier cosa, lo mismo a las pastas o arroces.
Siempre asociamos paellas al verano, luego cualquier receta de arroz es una receta de verano. En mi casa uno que destaca como receta de verano es el molde de arroz con atún, los demás son atemporales.
El arroz y la pasta como base, se pueden intercambiar en la mayoría de los casos, Una ensalada de arroz se puede convertir en ensalada de pasta y viceversa, siempre a nuestro gusto. La maravillosa y versátil patata puede ser otra opción. En estos tiempo parece que se la desprecia pero no seamos injustos, ( cocida tiene menos calorías que la pasta o el arroz), fácil de cocinar y barata. También se puede intercambiar con ellos como base de ensaladas. Nuestra socorrida ensaladilla rusa u otras menos habituales
Llamamos ensaladas casi a cualquier plato frío, pueden estar compuestas por una variedad casi infinita de ingredientes: hortalizas, frutas, encurtidos, embutidos, escabeches, carnes frías ( muy útil para aprovechar sobras), quesos varios... y sobre todo aliñadas con una variedad inmensa de salsas y aliños , calientes o fríos, que hacen que los mismos ingredientes puedan parecer completamente distintos.
La tradición culinaria decía que los pistos y fritadas se hacían en verano, esto era porque es la época estrella de la huerta y el resto del año no estaban disponibles. Ahora tenemos hortalizas todo el año pero siempre saldremos satisfechos son unas berenjenas con besamel ( intercambiables con calabacín).
Las menestras y demás verduras son de todo tiempo, pueden ser salteadas, cocinadas,( solas o mezcla) o a la plancha. Las hortalizas crudas poco usadas en este país pero mucho en otros sitios, pueden componer un buen entrante o cena completa, siempre con una variedad de salsas para untar ( si usamos un galicismo en inglés lo llaman Dip).
Las menestras y demás verduras son de todo tiempo, pueden ser salteadas, cocinadas,( solas o mezcla) o a la plancha. Las hortalizas crudas poco usadas en este país pero mucho en otros sitios, pueden componer un buen entrante o cena completa, siempre con una variedad de salsas para untar ( si usamos un galicismo en inglés lo llaman Dip).
Por último ( y no por ello menos importante), las sopas frías. La estrella es el gazpacho que tiene tantas variedades como casas. Lo bueno es coger una receta básica y elaborar nuestra propia adaptación poniendo y quitando ingredientes (maldito pepino para algunos) y variando la cantidad. Pero no es la única, el ajo blanco y las cremas frías: de puerros, espárragos , calabaza o calabacín constituyen un buen recurso. Se hacen todas muy parecidas cambiando el ingrediente principal. Otra ventaja importante es que también se hacen con antelación y los ingredientes es fácil que los tengamos en la despensa o nevera para una comida improvisada.
Un ingrediente muy estacional que se ha convertido en habitual en todo tiempo son las setas. a mediados del verano empiezan a aparecer algunas variedades pero difíciles de encontrar en el mercado, mientras tanto nos alegraremos con el habitual champiñón blanco a la novedosa Shiitaki y por supuesto por nuestra reserva particular de setas variadas secas, en conserva o congeladas. Dan un aire diferente a cualquier receta con su toque festivo.
Un ingrediente muy estacional que se ha convertido en habitual en todo tiempo son las setas. a mediados del verano empiezan a aparecer algunas variedades pero difíciles de encontrar en el mercado, mientras tanto nos alegraremos con el habitual champiñón blanco a la novedosa Shiitaki y por supuesto por nuestra reserva particular de setas variadas secas, en conserva o congeladas. Dan un aire diferente a cualquier receta con su toque festivo.
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