Pero para hacerlo más universal, aquí pondremos champiñones y que cada uno use lo que le sea posible/guste.
Las empanadillas, o al menos lo que conocemos en el norte de España como tales, las venden en paquetes. Son como obleas y la marca más conocida es La cocinera.
1 paquete de empanadillas para freír, 150 gr de setas, 1 cucharada rasa de harina, 200 ml ( aprox.) de leche, aceite y sal.
Si tenemos el paquete de empanadillas en la nevera, sacarlo. Limpiar las setas y partirlas en trozos pequeños. En una sartén, poner 4 cucharadas de aceite y saltear las setas a fuego vivo. Retirar las setas a un plato bien escurridas, dejando el aceite sobrante en la sartén. Bajar el fuego y añadir la cucharada de harina, dar unas vueltas y añadir la leche poco a poco para formar una besamel de espesor medio ( que sea posible manejarla pero no mantenga la forma ). Dejarla enfriar.
Extender las empanadillas manteniendo el papel separador en la parte baja para que no se pegue a la encimera, poner 1 cucharilla de besamel en cada oblea, pasar el dedo húmedo por el perímetro de la circunferencia, doblar por la mitad y presionando con un tenedor, sellad. Con el tenedor tenemos que presionar sin llegar a romper la oblea. Podemos hacer esto con tres o cuatro y mientras se fríen, ir haciendo las demás.
En una sartén honda ( si es pequeña no ensuciaremos tanto aceite), poner 1 cm de aceite y calentar a fuego medio. Echar las empanadillas con cuidado, freír por los dos lados hasta que se doren. Sacar con pinzas planas para que escurran y poner sobre papel de cocina.
Cuidado que queman, esto va para los merodeadores de la cocina que intentan comer una antes de sentarse a la mesa.
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