Solo las había comido en lata y realmente no eran mi aperitivo preferido hasta que un día en una de esas escapadas que suelo hacer, en un restaurante de Lugo, uno de mis amigos las pidió para picar al centro de la mesa, no podía reconocer el sabor que yo tenía almacenado en mi cerebro de las zamburiñas de lata con la delicia que tenía delante.
La cocina gallega puede ser muy sencilla pero con su maravillosa materia prima tampoco hay que complicarse mucho la vida, punto exacto de cocción y un poco de aliño.
Encontré unas zamburiñas congeladas ( no es fácil encontrarlass frescas en mi zona) a precio razonable, que quedaron muy dignas cocinadas como las gallegas. Esta receta puede servir para cualquier concha.
6 zamburiñas. 2 dientes de ajo, aceite y sal.
Las zamburiñas congeladas salen abiertas y limpias pero conviene mirar por si tienen algo de arenilla. Pelar y picar muy pequeños los ajos mezclarlos con un poco de sal y aceite.
Calentar la plancha a alta temperatura, añadir unas gotas de aceite justo donde vas a poner la zamburiña con la carne tocando la plancha caliente. Después de 1 minuto, darles la vuelta de manera que sea la concha la que esté en contacto con la plancha. Añadir una cucharilla de aceite mezclado con ajo y dejar en la plancha 2 minutos.
Pasado este tiempo, sacar del fuego con cuidado para que no se caiga el jugo que habrá soltado llenando la concha, añadir un poco de sal. Servir inmediatamente
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