domingo, 27 de marzo de 2011

Pestiños



Esto es un picoteo dulce, algo para comer después del postre. Apropiado para hacer "a partir de nada" es decir cuando nos apetece hacer algo utilizando lo que tenemos en casa.

Como se pueden guardar, pongo cantidades para más de dos personas pues una vez en faena, vale la pena rentabilizar el tiempo.

Pongo las opciones más fáciles de encontrar pero cada uno puede buscar la suya. El ajonjoli o matalauva, lo más típico, es menos habitual en la mayoría de los lugares.

300 gr de harina, 100 ml de aceite, 100 ml de vino blanco o fino, una cucharilla rasa de levadura química, corteza de cítricos, 150 gr de miel, aceite. Opcional anisillos, semillas de sésamo, azúcar y canela mezcladas a partes iguales.

En una sartén a fuego medio calentar el aceite con las cortezas de naranja y/o limón peladas muy finas y sin nada de parte blanca. En cuanto está caliente, apagar el fuego y dejar reposar un rato.



En un bol poner la harina, con la levadura bien mezclada y añadir el aceite, mezclar bien. Añadir el vino blanco y formar una masa. Si se puede dejar reposar en la nevera una media hora.

Dividir la masa en 4 partes. En una superficie enharinada estirar con el rodillo hasta que quede muy fino ( unos 2 mm). Repetir la operación con todas las partes. Los recortes pueden juntarse otra vez para formar otra bola.



Cortar en cuadrado de unos 3-4 cm de lado. preparar un vaso pequeño con un poco de agua, mojar un dedo y pasarlo por toda la superficie del cuadrado, enrollando en diagonal como para unir esquinas opuestas. El agua es para que queden pegados.



Calentar una sartén honda con unos 3 cm de aceite a fuego fuerte. Freír en ella los pestiños ya formados moviéndolos con frecuencia para que se hagan bien en el pliegue. Una vez dorados, sacar bien escurridos.

En un puchero de tamaño ajustado poner a calentar a fuego medio, la miel con 50 ml de agua. Cuando esté caliente añadir la mitad de los pestiños, dar unas vueltas y cocer 5 minutos.



Sacar escurridos y colocarlos sobre una fuente con lo que hayamos elegido como opción. Si hemos decidido que no los salpicamos. Ya están listos.



Poner a cocer la otra mitad y repetir la operación. Los cuezo en dos veces porque así se usa menos miel, se aprovecha mejor.

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