Solomillo inglés, así lo llama mi carnicero, es una de las piezas desconocidas, sabrosas y baratas. No se pueden sacar grandes filetes, pues es una pieza cilíndrica de unos 4-5 cm de diámetro que se corta como el solomillo ( de ahí el nombre). Vale la pena probarla con Oporto, aunque sea del barato ( el mío es de menos de dos €). También se puede hacer con filetes de lomo de cerdo o de magro de jamón, como el día de la foto.
3 solomillos ingleses, 1 cebolla pequeña, 200 ml de Oporto, 1 cucharilla rasa de harina, aceite, sal.
Cortar el solomillo, bien a dados, bien en filetes de unos 3 cm de grosor. Pelar y partir la cebolla muy pequeña. En una sartén grande, ponemos 2 cucharadas de aceite y a fuego medio, sofreímos la cebolla, cuando la veamos hecha, unos 5 minutos, la retiramos a un plato. En la misma sartén a fuego muy fuerte, saltear los dados de carne, pocas piezas cada vez. Si lo hacemos poco queda mucho más jugoso, además luego se hace un poco más con la salsa.
Una vez terminada toda la carne, volvemos a poner la cebolla en la sartén ( lo que hay que hacer para manchar poco) y a fuego medio, añadimos la harina, movemos para que se mezcle, y añadimos el vino poco a poco, moviendo para formar una salsa homogénea. Si vemos que nos queda muy espesa, añadimos algo de agua (o algún caldo que tengamos a mano, ayer añadí caldo de espárragos que estaba cociendo a la vez), hasta que quede a nuestro gusto. Incorporamos la carne a la sartén y mantenemos la ebullición 3 minutos a fuego suave. Si la cocemos mucho, la carne se volverá dura.
Si la salsa nos gusta más espesa, en lugar de añadir más harina, podemos triturar la cebolla. Si no tenemos Oporto se puede hacer con cualquier vino, cada uno le dará su sabor característico.