martes, 25 de noviembre de 2008

Jamón de York asado

El otro día estaba escuchando la radio y salió un personaje apodado falsario ( acabo de encontrar su blog) hablando de cocina. Luego entendí por qué se llama así: se dedica a comentar recetas hechas siempre con latas y lo más rápido y menor trabajo posible. Me hizo gracia porque de vez en cuando viene bien algo así. Es un poco como la antítesis de un cocinero.

La receta que explicó me recordó a una que yo hacía hace muchos años, que cayó en el olvido y no sé por qué. Esta también es de poco trabajo y poco manchar, muy adecuada para celebraciones pues requiere hacer piezas grandes. Tiene la gran ventaja que se puede hacer con antelación y terminarla en el momento de servir sin trabajo por nuestra parte. Si lo vas a hacer sólo para uno o dos, sustituye la pieza de jamón de york por un filete gordo y hazlo a la plancha en lugar de al horno.


En lugar de comprar el jamón de york de pieza grande, se puede usar una lata de magro de cerdo cocido. A mí no me gusta demasiado pero tiene la ventaja de que se puede tener almacenada en la despensa.

Si te gusta el clavo, cambia el orégano por clavo. A mí no me gusta porque me recuerda al dentista de cuando era pequeña, ahora ya no se utiliza el clavo.


1,5-2 kg de jamón de york en una pieza, 1 litro de zumo de naranja o refresco de naranja, orégano, piña natural o en almibar, 1 cucharada de maicena. Opcional: manzanas

El día anterior, poner en adobo el jamón con el zumo de naranja en un recipiente que se ajuste al tamaño de la pieza para que lo cubra. Guardar en la nevera.

Encender el horno a 200º. Escurrir el jamón, guardando el líquido, y ponerlo en una fuente de horno. Úntalo con aceite y espolvorealo con el orégano. Meterlo al horno, con la bandeja centrada, 20 minutos. Hay que tener en cuenta que si el jamón ya está cocido sólo hay que calentarlo.

Mientras tanto, si la piña es de lata, poner un poco de aceite en una sartén y dorar las rodajas por los dos lados. Esto se puede hacer con antelación y meter al horno con el jamón en el momento de servir.

Si la piña es natural, pelar y partir a rodajas ( si le quitas el centro bien, a mí no me estorba). Espolvorearla con azúcar y hacerla a la plancha como en el caso anterior. Lo mismo se hace con la manzana partida a rodajas.

En un vaso disolveremos una cucharada rasa de maicena con un poco de zumo de naranja. El resto lo pondremos a hervir para que se concentre aproximadamente 1/3. Entonces, añadiremos la maicena disuelta, dado vueltas para que no se hagan grumos. Servir como salsa.

En lugar de esta salsa se puede servir con otras muchas, como salsa de cebolla, de almendras, de oporto( igual que la de cebolla aromatizada con oporto), roquefort, o simple mayonesa. En esta casa hay alguno que incluso se la puede comer con mermelada.

Partir el jamón a filetes y servir acompañado de la piña y la salsa. Otra variante es servir con peras al vino tinto.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Salteado de setas



Esta entrada la hago con la idea de que sirva de base para las muchas variantes que podemos hacer con setas. Y sirve también para colocarle la etiqueta congelar pues la temporada de setas es muy corta y apetecen todo el año. Me refiero a setas silvestres pues las cultivadas no vale la pena almacenarlas.

El precio, depende. Si las cogemos nosotros mismos (sin contar los gastos que esto conlleva), las compramos, nos las regalan....



250 gr de setas de cualquier clase y si es posible mezcladas, aceite y sal. Opcional: media cebolla 1 loncha de jamón o panceta.

Se supone que partimos de setas limpias. Si son de distintas clases separaremos las más duras, como los níscalos. Partir las setas a trozos medianos dejando las más pequeñas enteras. En una sartén amplia poner 3 cucharadas de aceite a fuego medio. Añadir primero las setas duras preparadas y subir el fuego a fuerte, dando vueltas 1 minuto, añadir el resto y seguir moviendo justo hasta que pierdan la rigidez. En este punto se pueden congelar bien envasadas.

Si ponemos cebolla y/o jamón, la sofreiremos a fuego lento antes de añadir las setas.

A partir de esta base, podemos añadir cualquier tipo de pasta, patatas, hojaldre, arroz blanco...., solo hace falta mirar la etiqueta setas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Migas



Esta es un preparación que antes era rústica y de supervivencia para los pastores, ahora de rústica nada. El pan de antes, se conservaba en el monte muchos días y la grasa la tenían a mano. Ahora le ponemos todo tipo de adornos y además ya no soportamos la grasa de oveja ni siquiera de cordero.

Formas y maneras hay muchas, en cada región y casi en cada casa tienen su particularidad. yo pongo la mía y que cada uno la adapte a su estilo. Hay gente que echa patata rallada, no es lo mío.

Si de manera habitual compramos un pan sabroso, podemos utilizar los pequeños trozos que quedan cada día para hacer migas. Es bueno guardarlos en una bolsa de tela o de plástico sin cerrar, es mejor que se seque el pan a que se salgan hongos. Venden migas cortadas y también hechas. Las cortadas no las he comprado nunca, siempre las hago de pan aprovechado, las hechas si que las he comprado y hay alguna marca que no está mal.

Los cárnicos no hace falta poner todo, podemos elegir entre ellos.

Cuando yo era pequeña, no le ponían casi carne y las que sobraban de la cena, nos las comíamos al día siguiente para desayunar con chocolate cocido.

El equivalente a 200 gr de pan duro o del día anterior, 2 ajos, media cebolla, 50 gr de jamón con grasa, 50 gr de panceta fresca o curada, 50 gr de chorizo, aceite y sal. Opcional: uva blanca o negra, 1 tomate pequeño, 1 huevo.

El día anterior, poner los trozos de pan en un paño grande ( doy por hecho que limpio), y rociar salpicando con agua. La cantidad de agua tiene que ser suficiente para que quede húmedo pero no remojado. Como lo vamos a dejar de un día para otro, la humedad se repartirá de manera más homogénea. Pelar y partir muy pequeños los ajos, mezclarlos con el pan, atar el paño mojado y bien escurrido, uniendo las puntas en diagonal y guardar en la nevera.

Al día siguiente, sobre una tabla de cortar y con un cuchillo de sierra cortar el pan a rodajas finas ( da igual como salgan, el resultado tiene que ser algo fino pero no miguitas). Si el pan no está muy duro, se puede partir antes de humedecerlo, si está duro y lo intentamos partir, haremos pan rallado con tropezones. Salpicaremos un poco más de agua hasta que las migas estén húmedas pero si las apretamos entre dos dedos suavemente, ceden a la presión y recuperan su forma. Siempre se guardan tapadas.

Pelar y cortar la cebolla muy pequeña. En una sartén muy amplia, sofreír la cebolla suavemente con dos cucharadas de aceite. Después de 5 minutos añadir todas las carnes cortadas muy pequeñas y seguir a fuego lento otros 5 minutos. Hasta aquí se puede hacer con tiempo.

Unos 15 minutos antes de comer, calentaremos a fuego medio la sartén con el sofrito y cuando esté caliente, añadiremos las migas, dar vueltas para que todo el pan se impregne del sofrito. Bajar el fuego a medio-bajo y dar vueltas constantemente. Hay que tener preparado un vaso con un poco de agua para añadir si vemos que están secas. Aquí no hay medida, tenemos que ver si necesitan agua o no. Si la necesitan, añadirla salpicando nunca a chorro en un sitio y siempre poco a poco. Echar 1 cucharilla rasa de sal y seguir dado vueltas unos 5 minutos. Probaremos para ver si están hechas y a comer inmediatamente. Las migas se tienen que comer muy calientes.



Si las vamos a servir con huevo frito, los iremos haciendo en el fuego de al lado a la vez que movemos las migas. Si van con uva o tomate partido a dados, lo tendremos ya preparado.

martes, 18 de noviembre de 2008

Huevo frito Obama

Haciendo un repaso por mis blogs favoritos me he encontrado esta entrada. No necesita comentarios. Un día de estos la haré realidad

lunes, 17 de noviembre de 2008

Cocer patatas

Esta entrada va a ser corta, pues no hay mucho que explicar. Pero como va a servir de base para otras muchas preparaciones es interesante, además de responder a una petición.

La norma general es cocerlas con agua fría y sal, el tiempo suficiente para que estén blandas sin deshacerse. El tiempo no se puede precisar pues depende, y mucho, del tamaño de la patata y un poco menos de su variedad. Para saber si están cocidas, las podemos presionar y comprobar su rigidez, tienen que ceder un poco. Otro método para saber si estám cocidas es pincharlas, hay que hacerlo con cuidado, sobre todo si una vez cocidas las vamos a utilizar, por ejemplo a rodajas, estas nos pueden salir todas rotas. Mejor utilizar algo como una aguja larga que un cuchillo, ya que con este, el corte será mucho mayor.

La piel protege a las patatas de las pérdidas que ocurren al sumergirlas en agua. La principal pérdida es el almidón. Lo podemos comprobar fácilmente cociendo dos patatas, una entera con piel, y otra, partida y pelada. La textura será completamente distinta. Después de esta prueba decidiremos que manera nos gusta más.

Para casi todo, se pueden cocer de cualquiera de las dos maneras, dependerá de nuestro gusto. Suelo especificar en las recetas como las cuezo yo, pero por supuesto se puede modificar.

Si las cocemos enteras con piel, esperaremos a que se enfríen antes de partirlas, si no la posibilidad de que se rompan es alta.

Cuando las cocemos en un guiso, se pelan, parten y se rehogan en un poco de aceite, antes de añadir el caldo. Suelen estar blandas en unos 10-15 minutos.

Si las hacemos en el microondas, controlar muy bien el tiempo. Las coceremos en varias veces, dejando un periodo de reposo y entre cocción y cocción. Si nos pasamos quedarán elásticas, como goma. Las pondremos bien lavadas, sin secar, en un plato, tapadas con una fuente honda o un tape propio de microondas, se harán de manera mucho más uniforme y en menos tiempo. Al principio se puede usar la máxima potencia, luego es mejor bajar la potencia para controlar mejor. El tiempo depende de la cantidad de patatas que pongamos a la vez. Para dos patatas medianas, en mi microondas, suelo poner 4 minutos a potencia máxima, dejo unos minutos de reposo y luego sobre 3 minutos más a potencia media.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Ternera asada



Esta es una receta propia de una comida multitudinaria, no se puede hacer para dos raciones, el horno requiere volumen. Se puede poner en una mesa para autoservicio o servir como plato de manera más formal, tanto en invierno como en verano, servir frío o caliente. También es fácil de transportar y aguanta un cierto tiempo sin refrigeración, solo mantenerla en sitio fresco. El tiempo de trabajo es mínimo con lo cual tenemos todo el tiempo para atender otros asuntos. De los pocos platos de la cocina inglesa que me gustan, es el llamado roast beef.

El único inconveniente es que la ternera es cara. Para minimizar este inconveniente, podemos elegir un corte menos comercial pero igual de sabroso. Para asar, tiene que ser una pieza de al menos 1 kilo, mejor entre 1,5 y 2, tampoco demasiado grande pues entonces nos será más difícil de partir. Es mejor que sea un solo músculo, para que se mantenga como un filete una vez partida.

Suelo pedir en la carnicería el centro de la cadera, en una pieza para luego cortarla en contra de la fibra y así queda más blanda. También se puede hacer con babilla, falso redondo o pez, quitándole el nervio central o asumiendo que lo tiene, esta es más barata. Desde luego también con solomillo, pero por principio, me niego a pagar la barbaridad que vale sin aportar mejor sabor, solo presencia. Lo mejor es preguntar en la carnicería pues los nombres de las piezas varían en cada sitio. Mis múltiples visitantes de América del sur lo tienen más fácil para ellos la carne es barata y sin embargo para mis nuevos visitantes de Suiza, más difícil pues allí es un artículo de lujo.

1 Pieza de ternera que pese entre 1,5 y 2 kg., manteca de cerdo o mantequilla o aceite, pimienta negra, sal.

Calentar el horno sin grill a 220ºc. Atar la carne para darle forma o pedir al carnicero que nos la meta en una de esas vendas que ellos tienen. Esto es bueno pero no imprescindible. Untar la carne con la grasa elegida, espolvorear con abundante pimienta negra por todos los lados. Cuando el horno esté caliente, meter la carne en el centro del horno 15 minutos, poniendo en marcha un avisador para que suene. Después de los 20 minutos, bajar el horno a 200º, darle la vuelta y meterlo otra vez 15 minutos. Sacar del horno y ya está hecho. Añadir un poco de sal y tapar con papel de aluminio. En el momento de servir cortar lo más fino posible. Tiene que quedar bastante rosa por dentro, si no estará duro y seco.



Si queremos algo de salsa añadir un poco de agua o coñac a la fuente y disolver todo lo que hay por las paredes y fondo. También podemos hacer una salsa de cebolla o cualquier otra salsa que nos guste, incluso mayonesa. Se puede servir con pimientos asados, cebolla frita o cruda picada, patatas asadas, puré patata, ensalada, pepinillos y todo lo que se nos ocurra.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Patatas y sus clases

Atendiendo a una propuesta aquí va esta entrada. Lo primero, yo no soy experta en patatas, solo sé lo que he ido aprendiendo con el tiempo. Seguro que en San google tendréis todo tipo de información.

Lo primero que hay que pensar es: cuantas patatas consumo, cual es el uso más habitual. Un día especial, en el que sabemos para qué las vamos a usar, podemos comprar algo especial, si no, compra patatas, sin más, de la clase que más te gusten. Si el consumo es alto, se pueden comprar dos clases.

En casa el uso más habitual es acompañando a la verdura o en guiso de patatas. y el consumo ha bajado notablemente desde la disminución del tamaño del núcleo familiar. Yo compro las llamadas rojas.

Las más habituales en mi zona, que yo conozco:

- rojas, de piel marrón rojizo, pulpa blanca, cuece muy bien, tiene bastante almidón y en los guisos con un pequeño movimiento circular, da a la salsa un ligero espesor sin deshacerse. Según me dice el frutero, es poco vendida porque tiene muchos "ojos" y es más latosa de pelar. No me había dado yo cuenta de eso.

- blanca, de piel marrón amarillenta, pulpa blanca, más dura y tersa, se mantiene más entera. Buena para freír. Dentro de esta tipología hay multitud de variedades, un de ellas muy conocida Kenebec, la usan mucho para tortilla de patata. También conozco la Monalisa, menos dura que la anterior.

- amarilla, de piel parecida a la anterior, pulpa amarillenta más consistente que las rojas, son también buenas para guisos o asadas. Quizá las más versátiles.

Además de todo esto, influye la fecha de maduración y recogida. la patatas nuevas son excelentes simplemente hervidas con piel, un chorrito de aceite y todo lo que les quieras añadir olivas negras, pimientos verdes o rojos asados, orégano....

Para cocerlas: en agua fría o templada con sal. Respecto a con piel o sin piel: depende. Si voy a usar patatas cocidas ( ensaladilla rusa, rellenas, guarnición ....), las suelo cocer lavadas con piel. Para todo lo demás peladas. Un detalle importante: si debajo de la piel tienen una zona de pulpa verdosa, quítala, es algo tóxica.

Un tópico, la patata engorda mucho. Lo único que no engorda es no comer. Es saciante, de digestión ligera, muy útil para dietas blandas. Es un alimento comodín, se puede usar para casitodo, repasa la etiqueta patatas. Las calorías dependen de lo que les añadas y eso es controlable.

Otro tópico, las vitaminas de la piel. Dicen que tiene vitamina C pero como la patata no se consume cruda, al cocer, esta se destruye casi toda. Además, el aporte de vitaminas que pueden proceder de la patata es mínimo comparado con otras fuentes.

Si queremos que pierdan el almidón para algún uso, las pondremos a remojo peladas y partidas.

Como veis, un lío. Lee la etiqueta, compra patatas que te gusten y acuérdate cual has comprado para la próxima vez. Como dato, este fin de semana estuve con un agricultor que cultiva patatas y a él se las pagan a 0,10 €. Que cada uno piense a cuanto las paga él y se asuste de la diferencia.

Seguro que alguno de vosotros puede completar esta entrada con más datos.




lunes, 10 de noviembre de 2008

Arroz caldoso con coquinas

Ayer era un día en el que hice la comida a partir de "nada". Abrí el congelador, encontré una bolsa de coquinas congeladas ( un tipo de almejas) que había comprado para probar ( prueba/error) y un bote con caldo de mejillones y cáscaras de gambas sobras de algún día, en la nevera había un vaso de caldo de las judías verdes que habíamos comido el día anterior. Las coquinas salieron bastante buenas, tanto, que hice el resto del paquete salteadas simplemente.

Este plato lo hice con arroz pero podría haber usado patatas o pasta. Podemos utilizar caldo de cualquier tipo que tengamos.

El tiempo de cocción del arroz depende de la variedad de arroz y de nuestro gusto. El arroz que uso normalmente con 13 minutos está a mi gusto pero ayer usé un arroz ecológico que necesitó algo más de líquido y casi 5 minutos más de tiempo.

200 gr de arroz, 200 gr de coquinas congeladas, 1 pimiento verde, 250 ml caldo de mejillones y cáscaras de gambas, 100 ml de caldo vegetal, 1 ajo, aceite y sal.

Si es posible, sacar las coquinas del congelador 10 minutos antes, si no las haremos directamente del congelador. Partir el pimiento a tiras finas. En una sartén amplia o tartera plana poner 2 cucharadas de aceite y el ajo pelado y partido a fuego muy vivo. En cuanto se abran, sacarlas a un plato dejando el caldo que sueltan en la tartera. Saltear el pimiento a fuego medio. Después de 2 minutos, añadir el arroz, darle unas vueltas y añadir el caldo de mejillones. Cocer 12 minutos, añadir las coquinas y el caldo vegetal, cocer 2 minutos más y servir.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Día mundial de la higiene de manos

Un inciso, acabo de leer que existe un día mundial de la higiene de manos, lo aplaudo (aunque sirva de poco, yo misma me acabo de enterar).

En esta página lo refiere a la medicina pero yo lo encuentro tan necesario o más en la cocina. En este blog también se trata el tema.

Si os fijáis en cuanta gente se lava las manos después de ir al baño ( uno de los actos más contaminantes) y fijarse también en el número reducido que usa jabón , ver como los charcuteros se suenan los mocos o tocan el dinero y después tocan con toda la palma de la mano, nuestra loncha de jamón de York que se come cruda, como cogen los cubiertos y los vasos al poner la mesa en los restaurantes, o los que directamente de la calle ( barras de autobús, metro etc..) a la cocina y así podría seguir hasta el infinito.

Tampoco hay que volverse neurótico, somos muy fuertes y en condiciones normales, podemos con todo, pero ay si te encuentras en un momento bajo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Flan de huevo

Ya lo puedes hacer Cristina, fácil y rápido. Con ingredientes habituales en una despensa. Lo único que requiere es una pequeña antelación para dar tiempo a que se enfríe.

Con estas cantidades salen unos 6 flanes de ración o también se puede hacer uno grande, pero es más conflictivo el reparto, se suele romper al servirlo en los platos.

Hay varios métodos de cocción: olla exprés, olla normal y horno, todos ellos a baño María.

Como molde, se pueden emplear multitud de recipientes si no tenéis flaneras ( yo no tengo). En este caso he empleado botes de cristal de conserva de boca ancha y laterales rectos ( si no no podría desmoldar), porque los iba a cocer en olla exprés y hay que taparlos ( cuando pueda descargar las fotos las veréis). Si se hacen en el horno, no hace falta taparlos tanto. Repasad los armarios y que cada uno decida que va a emplear de molde. Quedan muy bonitos los moldes con ondas laterales, a mi no me gustan pues son bastante más difíciles de desmoldar y es más probable que queden restos después de fregar. Enlace

Se pueden emplear huevos enteros, clara y yema, o sustituir alguno de los huevos por yemas. Si los voy a adornar con claras a punto de nieve si que lo hago, si no, empleo solo huevos enteros. Un huevo entero se puede sustituir por dos yemas, pero al menos la mitad de los usados, deben de ser enteros. Otra opción es usar solo yemas y más azúcar, en lugar de flan, lo convertiremos en flan chino o tocinillo de cielo ( con pequeñas variaciones).

Hablando de variaciones, podemos añadir coco rallado o una taza de café muy concentrado o una cucharada de café soluble. Las cantidades van a gusto.

Recordar que mi paladar no es muy amigo de dulce, los golosos quizá necesitéis más azúcar, aunque estas cantidades han pasado otros filtros.

4 huevos, 125 gr de azúcar, 250 ml de leche. Opcional: un poco de vainilla ( esencia o varilla) o 2 cucharadas de coco rallado o 1 cucharada de café soluble.

Si el molde elegido se puede poner al fuego directo, haremos allí el caramelo si no, emplearemos un puchero pequeño. Poner en el recipiente de hacer caramelo azúcar ( la cantidad depende del tamaño del molde. Para un molde individual una cucharilla colmada suele bastar) y una cucharilla de agua a fuego medio, moviendo con una cuchara de madera. Mantened al fuego hasta que se tome color oscuro todo el azúcar ( sin quemarlo demasiado pues se volverá muy amargo). Si trabajamos en la flanera, la moveremos de manera que el caramelo cubra también los laterales ( no hace falta que llegue hasta arriba). Si lo hacemos en un puchero, hay que ir muy rápido ( solidifica enseguida) y con mucho cuidado ( quema mucho), lo verteremos en los moldes procurando que las paredes queden también cubiertas. Dejar enfriar. Veo que el párrafo es muy largo pero tiempo son dos minutos.

En un puchero poner a calentar a fuego medio la leche con la vainilla si la hemos elegido como opción. En una fuente honda, batir muy bien los huevos y el azúcar restante ( unos 100 gr). Cuando la leche esté caliente, verterla sobre el batido poco a poco a la vez que batimos ( si lo hacemos muy deprisa cuajará el huevo). Añadir el coco o el café si queremos estos aromas. Llenar los moldes.

Si los vamos a hacer en la olla expres, taparemos los moldes muy bien. Poner la olla al fuego con 4 cm de agua, meter los moldes y rellenar con más agua hasta que los moldes estén cubiertos unos 2/3. Tapar la olla y contar 5 minutos desde que el indicador nos diga que ha alcanzado presión. Como siempre repito, el tiempo puede variar un poco según la olla, el tamaño y el material del molde . Dejar enfriar la olla de manera natural. Si es olla normal, se puede comprobar cuando están hechos, pinchando con una aguja, esta tiene que salir limpia.

Si los hacemos en el horno, encender el horno a 150ºC ( el agua tiene que tener burbujas pero no hervir durante la cocción), colocar los moldes tapados con papel de aluminio en un recipiente hondo llenándolo de agua caliente hasta 2/3 de los moldes. Después de 30 minutos comprobar con una aguja si están hechos, que dependerá, repito otra vez según material y tamaño del molde.Enlace

Los desmoldaremos casi en el momento de servir, si no, es posible que se desmoronen. La imaginación al poder para el acompañamiento: nata montada, salsa de mermelada, claras a punto de nieve, helado, un trozo de bizcocho, una mezcla de todo ....

domingo, 2 de noviembre de 2008

Pencas de acelga en salsa de setas

Como todavía no estoy acostumbrada a comprar para dos, al ir a hacer la cena me encontré con una cantidad de acelga inapropiada para dos. Tenía para dos comidas complementando un poco.

Partí las hojas de la acelga a trozos y las pencas ( parte blanca) las conservé en un trozo grande con la intención de hacerlas rebozadas ( receta trabajosa que quizá un día ponga) al día siguiente. Como era más cómodo lo cocí todo a la vez, las hojas abajo y las pencas colocadas encima para que fuera fácil retirarlas luego. Como casi siempre que programo algo, al día siguiente llegué tarde a casa y no me daba tiempo de hacerlas rebozadas. De esta situación, salió este plato. Para las pencas de acelga se puede usar cualquier receta de cardo y viceversa con pequeñas adaptaciones.

No pongo cantidades pues las pencas no se compran sueltas, además, no todas las matas de acelga tienen la misma cantidad de penca. Vosotros podéis imaginar cuanta hace falta.

Yo usé negrillas (tricoloma terreum) porque había ido el día anterior a coger pero me puedo imaginar el plato con casi cualquier seta. Si son deshidratadas, hay que ponerlas a remojo antes o cocerlas en un poco de líquido un rato.

Pencas de acelga cocidas, 200 gr de cualquier seta o champiñón, 1 ajo, 1 cucharilla rasa de harina, aceite y sal. Opcional pimienta negra y vino blanco.

En una sartén amplia, poner 1 cucharada de aceite a fuego vivo. Poner las pencas de acelga como si fueran filetes y hacerlas como a la plancha 30 segundos por cada lado. Retirarlas a un plato.



En la misma sartén, añadir el ajo partido y las setas limpias y troceadas, saltearlas a fuego vivo 1 minuto aunque el tiempo depende del tipo de seta ( justo para que pierdan la rigidez). Añadir la harina, dar unas vueltas incorporar otra vez las pencas, añadir algo de líquido que puede ser vino blanco, agua de cocer las pencas o simplemente agua. Cocer dos minutos y servir. Si os gusta, espolvorear con pimienta negra.