viernes, 26 de septiembre de 2008

Materiales de limpieza

Cuando se empezaron a emanancipar mi gente, mi máxima precupación era que fueran capaces de alimentarse debidamente y por eso existe este blog. Pero no solo de pan vive el hombre y las nuevas necesidades me empujan a hacer alguna entrada distinta a petición de mis nuevos liberados.

Materiales de limpieza

A pesar de no ser una especialista en limpieza ni ser algo que me guste lo más mínimo, es algo que tarde o temprano todos tenemos que hacer. Y puestos a hacerlo cada uno lo hace según sus “características”.

Una de mis características es que no me gustan demasiado los productos de limpieza: los uso pero solo algunos y en la menor cantidad posible, es bueno para ti y para el medio ambiente.

Utilizaré de manera no científica la palabra jabón y detergente pues aunque no es lo mismo, si lo es de manera coloquial.

Son unas ideas generales, que no normas pues cada uno puede hacer en su casa lo que quiera, que espero os sean útiles.

En la fregadera, está claro que uso el jabón de platos normal, puesto en un dosificador para que en cada pulsación salga una pequeña cantidad y nunca se escape cantidad de más, difícil de devolver al envase. Si solo lo utilizamos nosotros y somos conscientes, podemos usar el muy concentrado si varios lo utilizan, uno bueno de marca blanca, será mejor pues cada ml que se malgasta del concentrado es mucha cantidad de jabón que se va por la fregadera. Una espátula para retirar los restos de comida en la vajilla, nos ayudará a gastar menos agua y a ensuciarla menos.

No sé si los colores que describo son normas internacionales pero aquí en España creo que todas las marcas respetan este código de colores. Tengo en la fregadera tres tipos de estropajos: fibra azul que no raya, es bueno para materiales antiadherentes, acero inoxidable, vidrio y porcelana. El reverso de las sartenes, a veces, necesita algo más enérgico que puede ser uno de fibra de plástico o un “nanas” de níquel. A los pucheros de acero, alguna vez conviene pasarles un poco el nanas por dentro y el “culo”, pero sin demasiada fuerza. Todo consiste en leer, por lo menos una vez, las indicaciones que vienen en el paquete. Si tenéis alguna duda, hay escalas de dureza de los materiales y nunca hay que usar algo más duro que lo que vamos a limpiar. Los estropajos verdes en mi casa están proscritos, solo hay que fijarse en los vasos opacos de algunos sitios.

Algo que a la gente le choca, yo a la vitrocerámica, de vez en cuando, le paso el nanas de níquel, y no se raya. El níquel es más blando que el vidrio.

Por hoy ya vale pues las entradas demasiado largas no se leen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

por desgracia, este post es para mi, aunque no me gusta demasiado el paso a la fase de limpieza :(

Anónimo dijo...

Creo que no es solo para ti, muchas vascas y vascos nos aplicamos el cuento